martes, 28 de junio de 2011

A una que pasa, un poema que inaugura la modernidad

Por primera vez se escribe un poema a una persona desconocida, a alguien que pasa por delante en la calle. Es el primer poema a la multitud anónima, a la masa, porque los desconocidos son la masa para nosotros. Baudelaire es el primero que ve materia poética en un personaje típicamente urbano, porque los desconocidos  solo existen en la ciudad, en esa ciudad que estalla en el siglo XIX y se impone a las formas de vida rural.
En fin, un poema iniciático, inaugurador de la poesía  moderna y hermosísimo por añadidura. He osado, o más bien perpetrado, una traducción rimada, ¡que Baudelaire me perdone!, aunque no lo haría.


A una passante

La rue assourdissante autour de moi hurlait.
Longue, mince, en grand deuil, douleur majestueuse,
Une femme passa, d'une main fastueuse
Soulevant, balançant le feston et l'ourlet;

Agile et noble, avec sa jambe de statue.
Moi, je buvais, crispé comme un extravagant,
Dans son oeil, ciel livide où germe l'ouragan,
La douceur qui fascine et le plaisir qui tue.

Un éclair... puis la nuit! - Fugitive beauté
Dont le regard m'a fait soudainement renaître,
Ne te verrai-je plus que dans l'éternité?

Ailleurs, bien loin d'ici! trop tard! jamais peut-être!
Car j'ignore où tu fuis, tu ne sais où je vais,
O toi que j'eusse aimée, ô toi qui le savais!

A una que pasa

La calle ensordecedora  en torno a mí aullaba.
Alta, delgada, en luto de un dolor majestuoso,
Una dama vi pasar, con ademán fastuoso,
El dobladillo y el festón  balanceaba y elevaba;

Ágil y noble, con sus piernas de escultura.
Y yo bebí, crispado como un animal,
En sus ojos,  donde se gestaba el huracán,
El asesino placer y la letal  dulzura.

Un destello... tras él la noche, ¡fugaz beldad!
tu mirada de súbito me hizo revivir,
¿Y no te volveré a ver más que en la eternidad?

Más allá, ¡quizá jamás!, ¡pero lejos de aquí!
Yo ignoro dónde  huyes... tú no sabes  dónde voy,
Sabes que te habría amado, en tus ojos lo vi.